Inglaterra.-Un británico ha revelado que es padre biológico de 59 niños a través de donaciones de semen sin que su esposa lo sepa, y no lo había donado a los bancos de esperma especializados.
«Es un secreto que me voy a llevar a la tumba», revela el donante anónimo en un nuevo documental del canal británico BBC Three, que echa un vistazo más de cerca al mundo turbio de las donaciones de semen en línea.
BREAKING – #Fleabag is returning to @BBCThree for Series 2! pic.twitter.com/clrhoOpNy4
— BBC Three (@bbcthree) August 25, 2017
De acuerdo con el documental, la demanda de donaciones de esperma en el Reino Unido supera la oferta, además el coste del procedimiento en un centro médico puede llegar a costar miles de dólares, lo que lleva a muchas mujeres a buscar una alternativa más barata y rápida.
Así, en las redes sociales empezaron a aparecer grupos, donde los hombres ofrecen sus servicios para concebir por unos 65 dólares y muy a menudo de forma natural. Y mientras algunos de los hombres que figuran en el programa parecen estar realmente interesados en ayudar, otros simplemente lo ven como un trabajo en el que pueden disfrutar de sexo garantizado y sin protección.
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En Ambrosia, ya son más de 100 personas las que han intentado someterse al polémico ensayo clínico que se desarrolla en las instalaciones, se trata de un ‘start-up’ californiana que ofrece transfusiones de sangre de adolescentes a pacientes con una edad de 60 años aproximadamente.
La empresa, con el fin de afianzar la promoción de estos tratamientos, ha arrojado en su marco de estudio, que a un paciente se le inyectan dos litros y medio de plasma procedente de bancos de sangre, que provendrían de donantes aptos y «adolescentes».
La empresa, que vio su fundación iniciarse el año pasado, a cargo del médico Jesse Karmazin, ha dicho nombre de él, sentirse satisfecho con los primeros resultados del experimento, señalando a los medios como el ‘The Sunday Times’ que el tratamiento es como la cirugía plástica del interior.
«Básicamente están abusando de la confianza de la gente y de las emociones que suscita este tema», señaló Wyss-Coray a la revista ‘Science’ el año pasado.