Último fin de semana de vacaciones y conoce el Museo de la Apachería

CHIHUAHUA, CHIH.- El Gobierno Municipal, a través de la Dirección de Desarrollo Económico y Turístico, invita a la ciudadanía a visitar la ex hacienda de El Sauz en estos últimos días de la temporada vacacional. El inmueble alberga el primer Museo de la Apachería en México y contiene décadas de la historia chihuahuense.

La hacienda original de El Sauz data de las primeras décadas de 1700 e inicia como estancia de ganado de la hacienda de Encienillas, a cargo de Benito Aspedes de la Rivera. Con el paso de los años, el terreno pasa a manos de la familia Terrazas, quienes inician la construcción de la finca a finales de 1890 y la concluyen en 1909.

Sin embargo, con el inicio de la Revolución, sus propietarios y administradores se van como refugiados a Estados Unidos y la hacienda queda a cargo de la comunidad de El Sauz, por lo que se hospeda a las familias Barrio y Solís, quienes llegaron a El Sauz de Satevó y de El Charco y eran trabajadores de Luis Terrazas.

Con el paso el tiempo y tras la Revolución, la hacienda se convirtió en la escuela del pueblo y en 1953 pasó a ser la Casa del Maestro de la seccional de El Sauz. Asimismo, el inmueble fungió como refugio para los miembros de la comunidad en contingencias climáticas, como el caso de las trombas que azotan la región cada 20 años. En 1980 fue un albergue para niños hasta que quedó deshabitado y se usó como almacén.

Actualmente, la finca alberga el primer Museo de la Apachería en México, proyecto que se planteó a la tribu apache en el año 2000, fecha que se firmó el último tratado de paz con esta comunidad. Luego de ser analizado por los integrantes de la tribu en Ruidoso, Nuevo México, los apaches acordaron otorgarle el perdón a los dueños de la casa y con ello impulsar la consolidación del museo.

A tal efecto, la tribu Apache regresó a Chihuahua para realizar la Danza de la Reconciliación en el patio de la finca y purificar la hacienda con el fuego sagrado. A la celebración acudieron habitantes de El Sauz, quienes terminaron bailando junto a los apaches, sellando así el pacto de paz y perdón.

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