Sentencian al descuartizador de la Desarrollo Urbano: vea historia, perfil y crimenes

CHIHUAHUA, CHIH.- Un ejemplar castigo de 120 años de prisión obtuvo la Fiscalía General del Estado en contra de Andrés Ulises Castillo Villarreal, mejor conocido como “El descuartizador de la Desarrollo Urbano”, como autor material del crimen de tres personas y la violación de un menor.

Esta histórica sentencia la impuso un Tribunal de Enjuiciamiento, ante el cual la agente del Ministerio Publicó presentó elementos de prueba sustentados y argumentos sólidos que no dejaron duda de la responsabilidad del homicida.

El 17 de noviembre del 2015, se recibió un reporte al número de emergencias, en el cual se informó la localización de las extremidades de una persona, en el interior de una casa abandonada ubicada en las calles Novena y San Abel.

Elementos la Unidad Especializada en Investigación de Delitos Contra la Vida iniciaron con las indagatorias en torno al caso, derivado de las cuales, 48 horas después, localizaron el  resto del cuerpo.

El torso, con un corte a la mitad y diversos golpes en la cabeza, fue hallado una cuadra más adelante, en un arroyo ubicado en la calle Once y Álamos, en el interior de una llanta de camión, y arriba de él, la parte delantera de un triciclo.

A través de diversos estudios, análisis e indagatorias, los Agentes Investigadores obtuvieron la identidad de Lorenzo Ernesto Olivas Berrios, quien fue visto por última vez la noche del 13 de noviembre por un familiar con quien vivía en la colonia Tres de Mayo, a quien le comentó que saldría por cena y nunca volvió.

Él era originario de la ciudad de Delicias y desde meses atrás se había mudado a la capital en busca de trabajo; sin embargo, fue reportado como desaparecido ante la Fiscalía hasta el día 16 del mismo mes.

Tras coincidir con las características del cadáver, realizar estudios de genética, protocolos e investigaciones, el cuerpo fue entregado a sus familiares y se continuaron las averiguaciones.

El 13 de diciembre, en el mismo arroyo y al interior de una llanta, fue localizado el cadáver mutilado de Daniel Alfonso Rodríguez Morales, pero ahora la víctima fue cortada únicamente de las piernas, las cuales fueron envueltas en una cobija, y arriba del cuerpo fue colocada la parte trasera del mismo carrito de juguete que se había encontrado en el primer crimen.

Daniel Alfonso era conocido como “El Troya” dentro de la colonia Desarrollo Urbano, donde se desenvolvía y fue visto por última vez, horas antes de ser localizado sin vida.

Los elementos investigadores analizaron los cortes y golpes que presentaban ambos cuerpos, estudiaron los artefactos localizados en el lugar, el modo, tiempo e incluso, la posición de los mismos, determinando que los asesinatos los cometió una misma persona.

Los Agentes indagaron más a fondo en dicha zona y obtuvieron las declaraciones de un testigo presencial de los homicidios y de la persona con la que vivía “El descuartizador de la Desarrollo Urbano”; aunado a las evidencias recabadas, se logró obtener la identidad del responsable: Andrés Ulises Castillo Villarreal.

RECONSTRUCCIÓN DE LOS HECHOS

Un trabajo ininterrumpido de campo y gabinete permitió hacer una reconstrucción de los hechos, estableciendo que el primer crimen lo cometió en el interior del cuarto que rentaba en una vecindad ubicada en la calle Novena, donde tras una discusión mató a martillazos a Lorenzo Ernesto Olivas Berrios.

Posteriormente, en el baño del domicilio, descuartizó el cuerpo, donde lavó las extremidades para quitar la sangre y poder trasladarlo sin dejar rastros.

Tras cometer el crimen, Andrés Ulises Castillo Villarreal acudió con uno de sus amigos, menor de edad, a quien le pidió que lo acompañara a su casa; ya en el lugar, el asesino le confesó  lo sucedido y lo amenazó con hacerle lo mismo si no lo ayudaba a ocultar el cuerpo.

Al verse obligado, trasladaron el cadáver al arroyo; no obstante, al regresar al domicilio, Andrés Ulises obligó al testigo a sostener relaciones sexuales con él, lo amenazó y vigiló para que callara lo sucedido.

Después de los hechos, el asesino limpió y desalojó el cuarto que rentaba, luego pidió asilo a otro de sus amigos, en la vivienda marcada con el número 6841 de la calle Álamos, en la colonia Desarrollo Urbano, donde se albergó.

El 13 de diciembre, durante una reunión en dicho lugar, Andrés Ulises discutió con la víctima Daniel Alfonso, “El Troya”, a quien privó de la vida, golpeándolo en la cabeza con piedras, acción que realizó en presencia del menor de edad y del hombre que le había dado asilo, personas a las que amenazó de muerte si decían algo.

Posteriormente, mutiló las piernas de la víctima con una segueta, trasladó el cadáver en una carrucha hasta el arroyo, y lo colocó en el interior de una llanta, en el mismo lugar donde un mes antes había dejado el cuerpo de Lorenzo Ernesto Olivas Berrios.

OTRO CRIMEN

Investigadores de la Fiscalía General del Estado obtuvieron información, a través de la cual determinaron que en el inter de estos asesinatos, “El descuartizador de la Desarrollo Urbano” cometió otro crimen.

A principios del mes de diciembre, Andrés Ulises Castillo Villarreal sostuvo una discusión con Fernando Valles Gandarilla, hermano de la persona con quien vivía.

De acuerdo con las investigaciones ministeriales, el agresor lo golpeó en diversas ocasiones con un martillo en la cabeza y lo metió en una hielera que se encontraba enterrada en una de las habitaciones, ya que ahí guardaban cerveza clandestina que antes comercializaban.

Una vez inhumado, puso cemento el lugar y colocó un ropero para no levantar sospechas; aunado a ello, Andrés Ulises manipuló al hermano de la víctima, para que no interpusiera ningún reporte de ausencia, haciéndole creer que éste se había marchado.

Este crimen lo cometió en presencia del menor de edad a quien había obligado a ayudarle a ocultar el cuerpo del primer homicidio, y a quien nuevamente violentó sexualmente tras cometer el asesinato.

CAPTURA

Tras arduos operativos de búsqueda y localización, el 06 de enero del 2016, agentes investigadores ubicaron a “El descuartizador de la Desarrollo Urbano”, trabajando en una construcción en la colonia Vistas Cerro Grande, donde fue capturado a través de una orden de aprehensión.

Asimismo, se realizaron diversos cateos, en los cuales se aseguraron la segueta utilizada en el primer y tercer caso, así como la carrucha en la que trasladó uno de los cadáveres, ambos objetos aún con rastros de sangre.

EVIDENCIA Y ESCLARECIMIENTO DE LOS HECHOS

La clave para el esclarecimiento de estos tres homicidios, además de la investigación de campo, fueron  los resultados científicos obtenidos con el análisis de las evidencias, como fueron:

  • Cobijas y trapos en las que estaban enredados los cuerpos.
  • Bolsas de polietileno que contenían las extremidades.
  • Manchas hemáticas localizadas en pisos y paredes.
  • Pintura con la que trató de cubrir huellas.
  • Guantes de látex.
  • Las partes del juguete infantil que dejó junto a los cadáveres.
  • La carrucha, una credencial de una empresa de seguridad privada con fotografía a nombre de Andrés Ulises Castillo V., una segueta metálica de arco, un par de zapatos color negro, todos los objetos con manchas sangre.

Una vez procesadas las evidencias por especialistas de Servicios Periciales, cuyos resultados determinaron que había una relación de similitud en los homicidios de Lorenzo Ernesto Olivas Berrios y Daniel Alfonso Rodríguez Morales.

De la misma manera se pudo precisar que la posición y ubicación de los cadáveres establecían que no correspondía al lugar donde fueron victimados y que las heridas que presentaban habían sido causadas con el mismo objeto cortante y punzocortante.

PERFIL CRIMINAL

Los antecedentes que obran en la carpeta de investigación establecen que hubo una conducta dolosa desplegada por el sujeto, determinada con las necrocirugías realizadas a los cuerpos de las víctimas y sumado a las declaraciones de los testigos.

Además, en las declaraciones realizadas por el homicida serial ante la autoridad ministerial, comentó que a él le gustaba matar con sus manos y ver la sangre de las víctimas, ya que era algo que lo excitaba.

RESOLUCIÓN

Finalmente, al término de un Juicio Oral, la Agente del Ministerio Público presentó pruebas sólidas como periciales, testimoniales, genética, trabajo de campo y gabinete,  aunadas a una fehaciente argumentación, con las cuales se obtuvo la ejemplar sentencia de 120 años de prisión y la justicia para las cuatro víctimas de Andrés Ulises, “El descuartizador de la Desarrollo Urbano”.

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