Se cumple un año más de la muerte de Diana de Gales

Hija menor de John Spencer octavo conde de Althorp, y de Frances Ruth Roche, Diana Spencer creció en una familia de la pequeña nobleza junto a sus dos hermanas, Sarah y Jane, y su hermano menor, Charles.

Alcanzó la fama mundial en 1981 al casarse con el Príncipe de Gales, Charles Philip Arthur George Windsor, hijo mayor de Isabel II del Reino Unido. Una boda pomposa, lujosa y carísima que alcanzó a unos 700 millones de televidentes en todo el planeta, fue solo el inicio de un matrimonio plagado de problemas, conflictos e infidelidades mutuas que derivaron en separación en 1992 y posterior divorcio el 28 de agosto de 1996, privando a la Princesa de su categoría de “Alteza Real” , aunque conservando el título de Princesa de Gales.

Fue madre de William, Duque de Cambridge, y Henry, Príncipe de Gales.

Los paparazzis, la plaga que la mató

Aunque Diana trató de llevar una vida de familia y de dedicación a sus hijos, los medios sensacionalistas empezaron a difundir diversos rumores antes, durante y después de su divorcio. Tanto Charles como Diana eran blanco de constantes chismes. Sin embargo, ambos les daban material a los paparazzis y tabloides de espectáculos, pues Charles mantenía poco discreto romance con Camila Parker, mientras que Diana tenía encuentros casuales con empresario egipcio Dodi Al-Fayed.

Diana prestó su imagen para diversos organismos humanitarios y causas filantrópicas. Algunos afirman que sus actos benéficos eran hechos auténticos de los que ella estaba plenamente convencida, pero para otros, solamente era una cortina de humo para distraer la atención de los escándalos en los que se veía envuelta.

El 31 de agosto de 1997, “la princesa del pueblo” falleció en el Túnel l’Alma de París, junto a Al-Fayed y el chofer del vehículo en que viajaban, Henry Paul. El auto de alta gama viajaba a toda velocidad escapando de los paparazzis que los acosaban 24 horas del día, sin importar el lugar en que estuviesen o la privacidad. Las fotografías y los chismes se habían vuelto el pan de cada día para Diana y Charles, cada uno por aparte con hechos, pero la que perdió en el juego de poder, espectáculo y farándula fue la princesa de Gales.

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