Por La Fare
Aún resuenan lo elogios del presidente Enrique Peña Nieto, alegando ante las cámaras de televisión que había un nuevo PRI, de jóvenes pujantes y emprendedores. Mencionó a tres para ejemplificar: Javier Duarte, Roberto Borge y César Duarte.
Ayer se anunció la deportación por parte de Panamá, del ex gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge, quien previamente había sido expulsado del PRI. Hace menos de dos semanas, Guatemala deportó a Javier Duarte, ex gobernador de Veracruz y también, previamente, su partido lo había expulsado. Ambos están acusados por malversar fondos públicos, por peculado, en fin por corrupción.
La expulsión del PRI para ambos personajes fue el paso que dejó en evidencia que el presidente de la república, Enrique Peña Nieto, les retiraba su protección. De los tres personajes que fueron ejemplo del nuevo tricolor.
El manto protector del sistema aún sigue protegiendo a César Duarte, quien se encuentra en una de sus varias propiedades en El Paso, Texas, intentando una visa permanente por negocios o la residencia, dado que sus dos hijas son nativas, precisamente de esa ciudad.
Del trío que puso como ejemplo Peña Nieto sobre el nuevo y buen PRI, que retomó las riendas del país en 2012, únicamente falta que César Duarte sea deportado, pero el gobierno federal de los Estaos Unidos, en atención a la protección que aún le brinda Peña, no importa que esté perfectamente ubicado en la ciudad de El Paso y que dos fichas rojas de la Interpol, pidan su detención donde se le vea.
Ayer mismo el gobernador Javier Corral declaró a la televisión nacional, que era una incongruencia del gobierno de los Estados Unidos, el deportar a trabajadores agrícolas o de otras ramas de la actividad económica que probadamente ayudan a la economía y se soslaye la presencia de un personaje probadamente corrupto y saqueador del erario público. Reiteró que se iniciará un proceso para extraditarlo.
