El Real Madrid despedaza al Celta

Gareth Bale rescató el orgullo para apurar sus opciones de titularidad en Kiev, en la final de la Liga de Campeones, e instalar la duda en Zinedine Zidane, liderando con un doblete una plácida goleada (6-0) del Real Madrid ante un Celta que ya piensa en las vacaciones.

La despedida del Real Madrid del Santiago Bernabéu esta temporada presentaba pocos alicientes en un duelo sin nada en juego para los dos equipos. El madridismo cuenta los días para su gran final y olvidar una Liga que pronto tiró su equipo por su irregularidad.

Madrid estaba cómodo, viendo los espacios que tenía para correr y golpear. Tardó trece minutos en hacerlo. Luka Modric controló con el pecho y lanzó un pase al espacio que fue oro a la velocidad de Bale. En el mano a mano definió a la perfección, ajustado al poste (1-0).

En el que pudo ser el último partido de Bale en el Bernabéu con la camiseta blanca. Con ganas de más cobró una falta que él mismo provocó y acarició el segundo tras desviar la barrera el balón.

El Celta buscó el empate sin acierto.

En media hora el partido quedó sentenciado. De nuevo una carrera de Bale, ante el pase largo y milimétrico de Isco. Pegado a línea de fondo inventó un recurso a pie cambiado, de zurda, que se convirtió en auto-pase para definir con potencia sin pensarlo. Un gran gol.

Dos minutos después le hizo la competencia Isco. Recibió en el costado izquierdo, en la esquina del área, y con la derecha inventó una rosca a la escuadra contraria.

Se cerró el primer acto con Keylor Navas en su partido, sacando un disparo seco de Wass.

En el segundo tiempo, el Real Madrid disfrutaba del partido. Achraf confirmó su buen partido con una pared con Benzema, que culminó con un disparo potente ante el que reaccionó mal el arquero para el cuarto de los blancos.

No había señales del Celta. El portero Sergio se levantó de su error con una gran a un testarazo de Bale, antes de ver cómo anulaba el colegiado un tanto de Benzema por fuera de lugar de Isco.

Los intentos de Bale no cesaron. Perdonaba el triplete con tiros lejanos. Zidane ingresó a Marco Asensio y un hambriento Borja Mayoral. En una conexión entre ambos, el defensa Sergi Gómez marcó el quinto en su propio arco.

Tras controlar de espaldas al arco, Mayoral se giró y regaló el tanto que cerró la goleada a Toni Kroos. El poste evitaba el séptimo, tras un disparo de Modric, en el paseo madridista.

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