Artista nahua gana reconocimiento en Inglaterra

El tema de la tristeza y de la reconciliación con este sentimiento, que usualmente es percibido como algo negativo, es lo que contiene “Neijmantototsintle”, un libro-arte con poesía de la gestora cultural y artista guerrerense Ateri Miyawatl, que obtuvo el Judges’ Award Choice (premio elección de los Jueces) en The Oxford Fine Press Book Fair, feria realizada en Inglaterra.

Entre las razones por las que este libro ganó la distinción, está en su carácter intercultural, puesto que contiene ilustraciones y linoleograbados hechos por el artista veracruzano Francisco Villa Vargas y fue editado por el catalán Elies Plana, quienes junto a la autora decidieron publicar el libro en náhuatl, catalán (dos lenguas en situación de diglosia respecto al español) e inglés.

Asimismo, otra cuestión a resaltar es el tema, ya que si bien suele verse a la tristeza como un elemento negativo que es necesario evitar, la poesía, ilustraciones y grabados lo miran como un sentimiento que, más allá de ser destructivo, bien podría asumirse, disfrutarse y sublimarse hacia otro estado anímico, “algo que viene, ‘descansa’ en nosotros y una vez que se cansa vuelve a irse, pero deja paz”, mencionó Miyawatl.

El proceso de creación

El germen de este libro nació en Barcelona cuando, en 2016, Villa Vargas realizara en España una estancia que lo vinculó al editor y bibliofilo Elies Plana, que hace más de 15 años se ha dedicado a imprimir y diseñar ediciones de bibliofilia (www.eliesplana.com). El catalán invitó al veracruzano a trabajar en conjunto y éste último sumó al proyecto a Ateri Miyawatl a colaborar en este libro de bibliofilia.

Lo anterior es un resumen muy sucinto del proceso, que es narrado de un modo más rico, al estilo de una historia suscrita al realismo mágico, por la propia Ateri Miyawatl:

“En 2016 recibí desde Barcelona una llamada de Francisco Villa, un gran ilustrador, excelente colaborador y muy querido amigo. Me llamaba para compartirme que hacía poco había conocido el taller de Letter Press “La granja gráfica“, dirigida por Elies Plana. Me compartió su emoción y la belleza de los trabajos del editor. Días después la llamada se repitió para invitarme a crear un libro en conjunto, Elies Plana editaría, Francisco Villa haría las ilustraciones y, si aceptaba, yo pondría las letras.

Vivía en un pueblo con mucha lluvia; nublado y frío la mayor parte del día, vivía en una cabaña pequeña con grandes ventanas, la cabaña estaba al pie de un campo de alfalfa, muy próxima a un establo y bajo  dos enormes perales. Por las mañanas venía un ave y se posaba frente a la ventana del lado poniente, por las tardes venía a la gran ventana del oriente. Se paraba sobre los alambres que delimitaban el terreno o sobre alguna rama del peral. Me miraba y después de un rato emprendía el vuelo para volver más tarde o a la mañana siguiente.

Esos días también me visitaban mis amigos muertos  (y digo muertos no por omitir que su muerte no fue propia si no para aplazar lo terrible), venían a casa a compartir el frío y a saborear el café de las mañanas. Venían, como en mi pueblo, siempre que tenían un chance; saludaban, compartíamos lo que hubiera en la cocina, palabras, risas y volvían a irse. Mis amigos, los que me visitaban, son hombres jóvenes asesinados en un contexto de miedo y violencia, de impunidad y silencio. Me traían alegrías, anécdotas, palabras; traían fotografías, emails, posts en Facebook…

Una tarde, en un momento, de esos que Francisco Toledo llama ‘brujos’, vino el ave, vinieron los amigos, las palabras y las imágenes. Las palabras llegaron juntas, precisas y todas en nahuatl. La misma tarde las envié a Francisco Villa y un par de días después mandé un audio para que lo escucharan Elies Plana y él. Les conté de qué trataba y más tarde pedimos que lo tradujeran al español. Estábamos entusiasmados. Villa insistió que no se editara la versión en español si no sólo en Nahuatl y Catalán, al final se editó en Nahuatl, Catalán e Inglés. Fue editado por Elies Plana, Gabriela Comba estuvo a cargo del diseño, Francisco Villa hizo las ilustraciones y linoleograbados que acompañan el libro y las letras me las adjudico yo aunque mucho de la autoría le pertenece a los muertos (a mi abuela por enseñarme sentipensar el nahuatl y a mis amigos por no dejar de visitarme).

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